Varosha, la ciudad fantasma (Chipre)
Existen mil razones por las que pueblos y ciudades quedan en ocasiones abandonados y pasan a engrosar la lista de pueblos fantasma, pero sin duda, los motivos por los que Varosha pasó a formar parte de esta lista, hace ya 35 años, es uno de los peores: la codicia, los fanatismos y la estupidez humana que más veces que menos nos lleva a encontrarnos en situaciones tan tristes como la de esta ciudad.
Varosha es el distrito costero de la ciudad de Famagusta, en Chipre. En los años sesenta y principios de los setenta Famagusta era un centro turístico reconocido a nivel mundial, sus playas blancas de aguas cristalinas y el siempre apacible clima mediterráneo lo convirtieron en el lugar preferido de de muchos famosos del momento como Elizabeth Taylor, Richard Burton, Raquel Welch y Brigette Bardot, que le daban el toque de glamour que estos rincones del Mediterráneo necesitan para destacar del resto.
La gente acudía de todos los lugares y el progreso económico del lugar se transformaba año en año en grandes bloques de apartamentos y hoteles de lujo para poder dar cabida a todos los visitantes y turistas.
Pero toda la alegría y todo el progreso de esta joya turística se vio truncado de golpe a mediados de agoste de 1974, cuando todo el distrito junto con el norte de Chipre fue tomado por las tropas Turcas. Más de 45000 greco-chipriotas tuvieron que huir a la carrera de Varosha dejando allí todas sus pertenencias y posesiones.
Chipre quedó desde entonces dividida de forma dramática. El sur ocupado por los greco-chipriotas y el norte ocupado por los turco-chipriotas y, justo en medio, el barrio de Varosha totalmente desocupado y bajo control de los turcos, que no lo pueden ocupar por una resolución de la ONU en 1984 que prohíbe totalmente todo sentamiento en el lugar a personas que no sean sus habitantes originales greco-chipriotas.
Desde entonces, los greco-chipriotas han luchado por recuperar su ciudad expoliada; comisiones, resoluciones, consejos de seguridad de la ONU, decisiones, derechos internacionales, convenciones de los derechos humanos, libertades, democracias… todo un cúmulo de batallas burocráticas que por el momento no han dado resultado alguno, más que promesas siempre incumplidas por parte de los ocupantes del norte.
Ni el más alto tribunal europeo parece encontrar una solución para este conflicto mientras que lo que antaño fue uno de los más bellos y famosos lugares turísticos del planeta se desmorona irreversiblemente.
Abrí el correo electrónico y jadeé audiblemente. Devolviéndome la mirada había una fotografía mía con dos años de edad, una foto que no había visto en 32 años. Aparentemente, y bajo la protección de la noche, alguien había podido entrar en la casa en la que crecí, en la ciudad cercada de Varosha. [...] El extraño fue capaz de localizarme a través de un sitio de Internet mantenido por personas enamoradas de su ciudad y que anhelan el día en que poder regresar a ella. Estaba ansioso por encontrar “al niño de los ojos penetrantes”, decía su mensaje. Por un momento, los teléfonos sonando y los clientes haciendo cola tuvieron que esperar. Era mi pasado el que llamaba, y tenía que responder la llamada.
Andreas Chamamboulos, The Washington Post, 19 de noviembre de 2006.
Posteado por Sinuhé. Tejiendo el Mundo.
Varosha a principios de los 70
La gente acudía de todos los lugares y el progreso económico del lugar se transformaba año en año en grandes bloques de apartamentos y hoteles de lujo para poder dar cabida a todos los visitantes y turistas.
Pero toda la alegría y todo el progreso de esta joya turística se vio truncado de golpe a mediados de agoste de 1974, cuando todo el distrito junto con el norte de Chipre fue tomado por las tropas Turcas. Más de 45000 greco-chipriotas tuvieron que huir a la carrera de Varosha dejando allí todas sus pertenencias y posesiones.
Chipre quedó desde entonces dividida de forma dramática. El sur ocupado por los greco-chipriotas y el norte ocupado por los turco-chipriotas y, justo en medio, el barrio de Varosha totalmente desocupado y bajo control de los turcos, que no lo pueden ocupar por una resolución de la ONU en 1984 que prohíbe totalmente todo sentamiento en el lugar a personas que no sean sus habitantes originales greco-chipriotas.
Desde entonces, los greco-chipriotas han luchado por recuperar su ciudad expoliada; comisiones, resoluciones, consejos de seguridad de la ONU, decisiones, derechos internacionales, convenciones de los derechos humanos, libertades, democracias… todo un cúmulo de batallas burocráticas que por el momento no han dado resultado alguno, más que promesas siempre incumplidas por parte de los ocupantes del norte.
Ni el más alto tribunal europeo parece encontrar una solución para este conflicto mientras que lo que antaño fue uno de los más bellos y famosos lugares turísticos del planeta se desmorona irreversiblemente.
Abrí el correo electrónico y jadeé audiblemente. Devolviéndome la mirada había una fotografía mía con dos años de edad, una foto que no había visto en 32 años. Aparentemente, y bajo la protección de la noche, alguien había podido entrar en la casa en la que crecí, en la ciudad cercada de Varosha. [...] El extraño fue capaz de localizarme a través de un sitio de Internet mantenido por personas enamoradas de su ciudad y que anhelan el día en que poder regresar a ella. Estaba ansioso por encontrar “al niño de los ojos penetrantes”, decía su mensaje. Por un momento, los teléfonos sonando y los clientes haciendo cola tuvieron que esperar. Era mi pasado el que llamaba, y tenía que responder la llamada.
Andreas Chamamboulos, The Washington Post, 19 de noviembre de 2006.
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